El regreso de la venganza de la supuesta hija del Chapo



La atribulada vida de los delincuentes mexicanos es una fuente perpetua de malentendidos e historias sensacionales que cambian de dirección a cada instante. Así el sainete de la vida de la llamada “hija del Chapo”. Una historia de decires y desdecires de las que hoy abundan.

El primer acto de esta pequeña farsa se efectuó en  julio de 2015, cuando el periodista José Luis Montenegro, reportero del rotativo británico The Guardian entrevistó a Rosa Isela Guzmán Ortiz, supuesta hija de Joaquín Guzmán Loera. En dicha entrevista, la “hija del Chapo” señaló: a) que su supuesto padre visitó dos veces una casa que compró para familiares en California, con complicidad de funcionarios corruptos (de hecho, éste fue el encabezado de The Guardian); b) menciona una supuesta “traición” de parte del Ismael “Mayo” Zambada y el gobierno mexicano; c) que el “Chapo” habría financiado campañas de políticos de “alto nivel”, sin decir cuáles; d) que la detención del delincuente en La Tuna, Sinaloa, se frustró por el “soplo” de una fuente de alto rango en la Secretaría de la Defensa Nacional.
Pero la entrevista no se publicó inmediatamente. No sólo eso, sino que el escenario fue radicalmente diferente: cuando Rosa Isela hizo sus declaraciones fue a poco de haberse fugado Guzmán Loera de la cárcel del Altiplano. Cuando se publicó, el jefe mafioso estaba nuevamente tras las rejas.
A la primera sorpresa, la de las revelaciones, siguió una segunda: el desmentido de la “hija del Chapo” en un programa radiofónico con Adela Micha. En éste acusó a The Guardian de haber falseado sus declaraciones.
Rosa Isela Guzmán dijo que la estaban "difamando". Tan imprecisa como en sus “revelaciones”, así fue en su desmentido: "yo no di ninguna entrevista a nadie, yo estuve platicando con ciertas personas y no hice nada, me están difamando. Esto es lo que están haciendo".
Al hablar de la entrevista, la trasladó a octubre y noviembre de 2015 (no julio, como señala el reportero) en Sinaloa, aunque esto puede deberse a una razón: las primeras entrevistas fueron vía telefónica y probablemente en la fecha que dice Rosa Isela hubo una entrevista personal entre ambos. Volviendo a las ambigüedades, no sabe si fue grabada pero afirmó que dijo "muchas cosas" y que la mayoría de las publicadas "son falsas".
¿Así funcionan las cosas? ¿Si me graban es cierto y si no me puedo desdecir? Para desgracia de la hoy famosa, Montenegro sí grabó las conversaciones, tanto las telefónicas como la presencial. No sólo eso: afirma que el tiempo que tardó en publicar la entrevista se debió a ciertas comprobaciones necesarias, inclusive un acta de nacimiento que comprobaría la paternidad del “Chapo”. El periodista atribuye al miedo la retractación de Rosa Isela. Él mismo se dice amenazado. La familia conocida del “Chapo” afirma que la supuesta hija no lo es.
En resumen: una supuesta hija del “Chapo”, que afirma serlo aunque la familia lo niega, dijo que algunos políticos son bien corruptos sin decir cuáles pero luego dijo que no dijo lo que dijo, aunque esté grabado. Que sí era su voz, aunque no era su voz. ¿De qué sirve una denuncia así? Pues por lo menos para vender periódicos.

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