Panama papers: todos son honrados


Una frase muy mexicana reza: “todos son honrados, pero mi cobija no aparece”. Y en el caso de los Panama papers esto ha resultado una norma. Todos los señalados en la fuga de millones de documentos y correos electrónicos han declarado: a) que crear empresas offshore en paraísos fiscales no es un delito; b) que fueron víctimas de un complot que trata de hundirlos en uno de esos lodazales que con frecuencia se atraviesan a los hombres encumbrados; c) o francamente, que no saben de qué les hablan.

Todos son inocentes. Y el gobierno del país centroamericano más que nadie. Luego de que el ministro francés de economía, Michel Sapin, propusiera que tanto el G-20 como la Unión Europea incluyeran a Panamá en una “lista negra” por su poca colaboración en combatir el blanqueo de dinero; y tras que el secretario general de la OCDE, nuestro viejo conocido José Ángel Gurría calificó a Panamá como “el último gran reducto” para ocultar fortunas offshore, el gobierno panameño se hizo el ofendido y dijo que hasta el nombre de “Panama papers” busca desprestigiarlo.
Pero esto no cambia hechos que revelan hasta qué punto el lavado de dinero es una industria en el país del canal: el sistema bancario aporta el 7 por ciento del Producto Interno Bruto de Panamá; el gobierno canalero aceptó eliminar el uso de acciones al portador en empresas locales sólo para salir de la “lista gris” de blanqueo de capitales en que estaba incluido. Sin embargo, no ha eliminado el secreto bancario, que lo hace un destino atractivo para capitales de origen opaco.
Algo hay de cierto en todo esto: ¿es más culpable el banco que esconde el botín de un robo que el propio ladrón? Sea el caso de Armando Hinojosa Cantú, quien después de ser exhibido por el caso de la “Casa Blanca” evadió 100 millones de dólares con la asesoría de Mossack Fonseca. Según la investigación periodística, "Hinojosa tenía una red compleja, con nueve entidades constituidas en tres jurisdicciones diferentes: Nueva Zelanda, Reino Unido y Países Bajos". ¿Es más culpable el bufete de abogados que el evasor?
La defensa del contratista y evasor de capitales ha sido simple: no decir nada. La familia de Messi por lo menos fingió enojo; el presidente de argentina se hizo el loco, aunque los argentinos han salido a las calles a exigir una explicación; Putin le echó la culpa a la CIA. Hinojosa Cantú simplemente hizo el Tancredo. En efecto: los culpables no están en Panamá.

¿Y el dinero? Los papeles dados a conocer por el Consorcio Internacional de periodistas revelaron movimientos que al menos son sospechosos. Pero nadie es culpable de nada. Tal vez haya que demandar a los periodistas y pedir cárcel para ellos por chismosos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario