Pedro Armendáriz y la amenaza atómica

 
La creciente tensión en el lejano oriente, a partir de las amenazas de Corea del Norte contra los Estados Unidos y las medidas en contra del régimen socialista de Pyongyang, sólo tienen comparación con la crisis de Octubre de 1962, cuando los misiles soviéticos emplazados en Cuba apuntando a territorio norteamericano hicieron elevar la alarma a DEFCON 2. A manera de comparación, el 11 de septiembre de 2001 la Condición de Defensa (DEFense CONdition) se elevó al nivel DEFCON3.

La verdad, pese a la existencia de pruebas nucleares, pocos expertos creen que Corea del Norte pueda lanzar el “ataque preventivo” que anunció el 7 de marzo de 2013. Es más bien una bravata militar de un país que parece haber perdido incluso a su aliado más importante, la única potencia socialista del mundo: China.

Subsiste la pregunta: ¿existe una amenaza real de una conflagración atómica? Basados en las declaraciones que intercambian los países rijosos, diríamos que sí. No parece, en cambio, que una guerra tan desproporcionada pueda durar más de 15 minutos. No obstante, ¿representa un peligro para quienes vivimos al otro lado del mundo?


La “película radiactiva”

El primer recuerdo imborrable es el de Chernóbil. La explosión de la planta nuclear en la entonces Unión Soviética (hoy, la nación independiente de Ucrania) provocó 31 muertes directas y un número difícil de calcular entre quienes estuvieron expuestos a la radiación. Doce países de Europa fueron fectados por este accidente.

Un caso singular lo representa la muerte del elenco de la película The Conqueror (El conquistador Mongol en español). La película se rodó en el desierto de Escalante, cercano a la ciudad de St. George, Utah, y distante apenas 200 kilómetros de un campo de pruebas el del ejército norteamericano en Nevada, conocido como Nevada Test Site (NTS). En este sitio se habían probado 31 bombas atómicas entre el 27 de enero de 1951 y el 4 de junio de 1953, sumando un poder destructivo de 468.4 kilotones (un kilotón es el equivalente a mil toneladas de TNT).

En junio de 1954 se inició el rodaje de esta película, en cuyos estelares se encontraban el mismísimo John Wayne y la bellísima Susan Hayward. Carece de importancia cualquier cometario al contenido del filme: todas las reseñas de la época lo tildan de mediocre y ridículo. En cambio, nos concentraremos en un hecho escalofriante: de 220 personas que trabajaron en la filmación, 91 contrajeron cáncer en los 30 años posteriores a la filmación y por lo menos 46 habían fallecido para 1980 por esta causa. Para 1989 ya eran 150 los afectados por el cáncer.

Entre los más famosos se cuentan: el director y exactor Dick Powell, muerto el 2 de enero de 1963 de un cáncer linfático; la famosa suegra de la serie Hechizada, Agnes Moorehead, el 30 de abril de 1974, de cáncer de pulmón; la protagonista Susan Hayward, quien murió de cáncer en el cerebro el 14 de marzo de 1975, tras un intento de suicidio en 1974; finalmente, el mítico John Wayne, quien falleció de cáncer en el páncreas y en el hígado, el 11 de junio de 1979.

Muere una leyenda

Para el cine mexicano el asunto tuvo consecuencias, pues uno de los actores de The Conqueror era la leyenda de la Época de Oro, Pedro Armendáriz. Haciendo el papel del escudero de John Wayne, se especula que contrajo cáncer en la fallida película, mismo que se transformó que una afección de riñón que le fue diagnosticada incurable. Esto lo llevó el 18 de junio de 1963 a darse un escopetazo en el pecho en el hospital de la UCLA en Los Ángeles. Si así fue, al inolvidable intérprete de Lorenzo Rafáil lo mató de forma indirecta una serie de explosiones atómicas ocurridas diez años antes.

Mucho se ha discutido si esta incidencia de cáncer no es más que un hecho causal. Lo cierto es que no hay estudios serios que corroboren o refuten esta teoría.

La leyenda quiere que el productor del filme, el magnate Howard Hughes (El Aviador, que interpretara Leo Di Caprio en la película de Scorsese) muriera viendo una copia de su horrenda película, consumido por el remordimiento. Esto tampoco es algo que se pueda comprobar.

 




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