¿Por qué es tan indignante que en una grabación
subrepticia un exgobernador haga alarde de tener mucha ropa? Entendemos que en un país donde las carencias
son una molesta norma, la mención a cientos de pares de zapatos y miles de
prendas de vestir debe ser por lo menos repulsiva. Pero haciendo cuentas, los
ingresos del exmandatario tabasqueño Andrés Granier Melo le permitirían comprar
un guardarropa de ese tamaño. Veamos: 400 pares de zapatos, 400 pantalones, 300 trajes y mil camisas son más que
toda la ropa que cualquier mortal pueda comprar y usar a lo largo de su vida,
pero no importarían más que un par de millones de pesos. El exgobernador los
tiene y está en todo su derecho de gastar su dinero en lo que él quiera.
Estaremos de acuerdo que no es un delito, aunque por lo menos es de mal gusto
contar el dinero ante los pobres.
Lo que tal vez no sea tan inocente es la mención de que su colección de camisas, trajes y zapatos se encuentra repartido entre sus casas en el DF, Villahermosa, Cancún y Miami. Tampoco lo de sus shoppings a Rodeo Drive. Pero por ostentoso y grotesco que nos parezca, si la procedencia de su dinero es legal, tampoco es constitutivo de delito el que tenga residencias en México y EU.
En cambio, hay cosas
verdaderamente graves que parecen pasar inadvertidas. ¿Por qué no ha generado
la misma reacción la acusación muchas veces repetida de los desvíos de Granier
y el quebranto en que deja a Tabasco? Su sucesor, el expriista y hoy perredista
Arturo Núñez lo ha acusado de haber desviado un mil 900 millones
de pesos y de haber contratado más de
17 mil millones de deuda pública. ¿Cuánta ropa se puede comprar con eso?
Es claro: podemos tener una idea de lo que son
400 pantalones o 300 trajes. Pero 19 mil millones de pesos es una abstracción,
es la nada. Y mientras que presumir de tener mucha ropa no es ilegal, sí lo es
dejar en bancarrota al estado.
No te defiendas,
compadre
A veces las aclaraciones
son peores que los malentendidos. Decir que presumió de su vestuario porque
estaba borracho sólo refuerza la imagen de una persona superficial, frívola,
preocupada por apariencias y no por las cuestiones fundamentales. ¿Qué explicación dará para el quebranto económico del estado de Tabasco? ¿Estaba pedo y no me di cuenta de lo que desviaba? La actitud de Granier es indignante, pero no por presumir un millar de camisas o por tener casas en el norte y en el sur. Lo terrible es que esta vida disipada podría asentarse en la desgracia de un estado que ha sido víctima del clima y de sus gobernantes.
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