¿Cuál es la mayor virtud que puede poseer un
político de altos vuelos? ¿Una enorme fortuna? ¿Relaciones del más alto nivel?
¿El apoyo de las cúpulas empresariales? Nada de esto sobra, pero el caso del
exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, demuestra que hay algo que
está por encima de todo: el arte de seducir.
Lo ocurrido con Xóchitl Dominga Tress Rodríguez es buena prueba de ello.
Ella es la mujer que fuera señalada como amante de Duarte, pero la historia es
más tortuosa. En el año 2010, Xóchitl era la inconsolable viuda del ex diputado del PAN Gregorio Barradas Miravete,
quien fue asesinado cuando buscaba la alcaldía de un municipio llamado Juan
Rodríguez Clara. Las palabras de
la joven y bella viuda habrían conmovido a una roca y derretido a un glaciar. De
ser la mujer abatida pasó a la ofensiva: acusó al Gobierno
del Estado y a la entonces alcaldesa de Rodríguez Clara, Amada Gasperín
Bulbarela, de tener vínculos con el asesinato de su esposo.
Las acusaciones no
trascendieron, pero un hecho le da a esta historia dimensiones de drama shakespeariano:
en 2013 Tress vivió un apasionado romance con Rafael Rodríguez, entonces
diputado federal priista y esposo de Amada Gasperín. No se trató de una
calumnia urdida por la prensa amarillista: la propia Xóchitl se encargó de publicarlo
en su cuenta de Facebook. También se permitió mostrar sus encantos en topless
en Twitter.
La cuenta de Twitter @Xochilt3R sigue activa, aunque está abandonada
desde el 9 de febrero de 2015. Apenas registra 19 tweets, 88 personas seguidas,
246 seguidores y 5 me gusta. Los escasos mensajes que permanecen en ésta se
refieren al año nuevo 2015 y, por supuesto, ninguno de los que causaron el
escándalo de sus fotos “atrevidas.
Incursionando en la política, Xóchitl acumuló
dos reveses consecutivos: en 2012, cuando buscaba
la presidencia municipal de San Juan Evangelista; y en 2013 como candidata a
diputada federal, ambas postulaciones por el PAN. Por ello fue sorpresivo verla
en marzo de 2014 como titular del Instituto de Espacios Educativos del Estado
de Veracruz, durante el mandato del hoy preso Javier Duarte de Ochoa.
Su paso por la dependencia
fue breve y tormentoso. No acababa de acomodarse en la silla de su oficina
cuando la prensa local y parte de la nacional la tundió, recordando la foto
donde aparece sonriente, mostrando los pechos. También le restregaron la
ostentación de su vida de lujos: “De shopping por
Rodeo Drive, Beverly Hills” publicó Xochitl el 20 de febrero de 2014. Su gestión concluyó antes de
que terminara el mismo 2014.
El paso atribulado de Tress
Rodríguez por la dependencia no fue en vano. Según declaraciones de José Juan
Janeiro Rodríguez, exoperador financiero y cómplice de Duarte, el entonces
gobernador le ordenó comprar una camioneta Land Rover y un departamento para
“Xóchitl Tress Rodríguez, pareja del imputado”.
Lo anterior revela que, a su
natural simpatía, carisma, apostura y demás virtudes, Duarte sumaba el don de
la esplendidez, con la cual conquistó a la curvilínea Xóchitl. No fue el único
caso: varios personajes de la política local olvidaron su pasado panista y se
pasaron, abierta o encubiertamente, al bando de Duarte. El arte de seducir,
decimos, es clave en la política.
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