Refranes para gente culta

Julio Cortázar, en boca de su personaje Horacio, de “Rayuela”, llamó al diccionario “cementerio de palabras” (creo que se refería al de la Real Academia Española solamente). No obstante, de vez en cuando las palabras de estas aburridas colecciones resucitan y brotan de su tumba como zombis que nos aterrorizan, sorprenden y quizá hasta nos agraden.
Hay en cambio diccionarios que se leen con placer. Ahí tenemos el “Diccionario del Diablo” de Ambrose Bierce (el “gringo viejo” que relatara Carlos Fuentes) que inclusive se define a sí mismo:

Diccionario, s. Perverso artificio literario que paraliza el crecimiento de una lengua además de quitarle soltura y elasticidad. El presente diccionario, sin embargo, es una obra útil.

Otro que nos invita a la reflexión cuando no a la perplejidad es el “Diccionario de los lugares comunes”, de Gustave Flaubert, donde el autor de Madame Bovary nos muestra la forma retorcida en que usamos las palabras como verdaderas máscaras. Más que explicarnos su significado, Flaubert nos dice cómo usarlas en distintas situaciones sociales. También hay una entrada para la propia palabra diccionario:

Diccionario. Decir de éste: “¡está hecho para los ignorantes!”. Diccionario de rimas: ¿utilizarlo? ¡Vergonzoso!

En México uno de los ejemplos más ilustres es “Madre academia” del terrible Raúl Prieto (a) Nikito Nipongo, autor de la corrosiva columna “Perlas japonesas”, que se dedicó por años a pescar los dislates idiomáticos de redactores de prensa, locutores y políticos, además de criticar acerbamente a la Academia Española y sus correspondientes latinoamericanas. Su obra revela la forma ligera y torpe en que se componen diccionarios y la abismal ignorancia de sus perpetradores. En el caso particular de la RAE, además, su posición etnocentrista y anquilosada.
Para ver hasta qué punto es inoperante un diccionario basta realizar el siguiente ejercicio: tómese cualquier frase y sustitúyanse las palabras por las acepciones que ofrece el diccionario. Los resultados son sorprendentes.
A manera de ejemplo, exhibo parte de la lista que me envió Delacruz, caricaturista y amigo que se dedica también al chiste por e-mail. Aclaro que ya le metí mano. Se trata de refranes transcritos en lenguaje culterano. Trata de adivinar cuáles son. Al final se encuentran las respuestas.

1. Más vale plumífero volador en fosa metacarpiana, que segunda potencia de
diez pululando por el espacio.
2. Crustáceo decápodo macruro que pierde su estado de vigilia, es arrastrado por el movimiento de traslación continuado de una masa de materia fluida.
3. Relátame con quién deambulas y te manifestaré tu idiosincrasia.
4. Sustancia cuyas moléculas están formadas por la combinación de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, líquida, inodora, insípida e incolora que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce.
5. Ocúpate de la alimentación de las aves córvidas y éstas te extirparán las estructuras de las fosas orbitarias que perciben los estímulos visuales.
6. La presencia del globo oftálmico de su dueño o poseedor, torna obeso al conjunto de bestias que se apacientan y andan juntas.
7. Quien a ubérrima planta perenne de tronco leñoso y elevado se adosa, óptima umbría le entolda.
8. A equino objeto de un obsequio, no se le aquilatan las piezas odontoblásticas.
9. La ausencia absoluta de percepción visual torna insensible al órgano cardíaco.
10. El que embriológicamente es traído al mundo con el diámetro
anteroposterior de la cavidad abdominal aumentado, no logrará
reducir su contenido visceral por más intentos forzados extrínsecos
de reforzar dicha pared en su infancia.

Respuestas:
1. Más vale pájaro en mano, que ciento volando.
2. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
3. Dime con quién andas y te diré quién eres.
4. Agua que no has de beber, déjala correr.
5. Cría cuervos y te sacaran los ojos.
6. Al ojo del amo, engorda el ganado.
7. El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
8. A caballo regalado, no se le ve el colmillo.
9. Ojos que no ven, corazón que no siente.
10. El que nace panzón, aunque lo fajen de chico.