¡Parieron
los montes! Nació un ridículo ratón.
Horacio
Nos
habían prometido cimbrar a México. No faltaron quienes imaginaron secretos
nunca antes revelados: nexos de prominentes políticos con los cárteles de la
droga, ejecuciones ordenadas desde el poder, fortunas incalculables obtenidas a
pura corrupción, el desangramiento del erario en manos de unos cuantos… en fin,
un espectáculo digno de estos tiempos donde la nota roja y la sección de política
son una fusión indistinguible.
De
ese tamaño fue el anuncio de Miguel Ángel Yunes Linares: “el primero de
noviembre daré a conocer información que cimbrará a México.” Las especulaciones
corrieron como el proverbial reguero de pólvora: se llegó al extremo de suponer
que Yunes tenía en su poder grabaciones que vincularían a un funcionario de
alto rango, tal vez al propio presidente Enrique Peña Nieto, con actos de
encubrimiento en favor del prófugo exgobernador veracruzano Javier Duarte de
Ochoa. Con esa claridad se lo preguntó al propio Yunes la conductora Paola
Rojas en su noticiero matutino. Yunes insistió: cimbraré a México.
No
faltaron los personeros del régimen disfrazados de columnistas que hicieron
advertencias a Yunes. Si las acusaciones en contra de Duarte (o contra
cualquier otro personaje relacionado) son falsas, Yunes podría recibir, por
toda contestación, una demanda por daño moral. Si resultaran ciertas, entonces
el flamante gobernador de Veracruz podría ser acusado de encubrimiento, por
retener las pruebas de un delito.
Sonaba
a chantaje, a negociación bajo la mesa, a mera balandronada. ¿Qué tan terrible
podría ser el secreto en manos de Yunes? Porque recordemos que el hoy
mandatario tuvo que capotear un pequeño temporal cuando Javier Duarte denunció al
entonces
gobernador electo de Veracruz, de
enriquecimiento ilícito y
presentó supuestas pruebas de varios inmuebles a nombre de la
esposa de Yunes Linares y de una empresa de su familia. Antes se habían
revelado conversaciones telefónicas con su hijo, externando su intención de
comprar un bien raíz en EU, con valor de 58 millones de dólares. También
recordamos que la escritora Lydia Cacho acusó de pederastia a Yunes y lo ligó
al grupo de Jean Succar Kuri.
La expectación era grande.
El escenario estaba puesto para el gran anuncio.
Pero
en su toma de posesión el gobernador Miguel Ángel Yunes dio a conocer que se
había decomisado un total de mil 200 millones de pesos a Javier Duarte de
Ochoa, todo dinero mal habido. No es que sea poco lo recuperado. Es una pequeña
parte de lo que los más recientes gobernantes de Veracruz han robado.
Decepción
es una palabra descriptiva, pero se queda corta. Nos prometieron un tsunami, un
terremoto, un huracán. La noticia apenas hizo moverse a las palmeras jarochas
borrachas de sol.
Ai
pa’ la otra.
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